DESDE LA VENTANA DEL COPILOTO
Las personas que poseen licencia de conducir y pasan el día manejando de un lado al otro haciendo diligencias para la casa, para el trabajo, para sí mismos, manejan estresados, tocan la corneta, mentan la madre, insultan, están pendiente de aquél carro que se atravesó, de aquel que frenó de repente pudiendo ocasionar un accidente, de la señora que cruzó imprudentemente la calle con un niño en sus brazos, del hueco que no hay que permitirse caer porque dañan el amortiguador del auto, del teléfono que suena y no puede contestar porque - (¡¡Hey!! ¡No contestes! ¡Estás manejando!). En fin, el piloto, aquella persona que a veces hace hasta de taxi para los familiares que no saben manejar, éstos conductores han perdido la delicia de ver el pintoresco paisaje que hay alrededor de cada calle que pasan, de cada carro que rebasan, de cada persona que dejan atrás, y esto, lo aprecia el copiloto.
La experiencia de ser copiloto no es la comodidad de no manejar o de no pasar el estrés que ya les relaté, no, no, para nada… la experiencia del copiloto es ver lo que el conductor no ve.
El copiloto se monta en el carro y disfruta el viaje… de 5, de 10, de 20 minutos… lo que sea… y luego de saludar al conductor, se ensimisma en sus pensamientos pensando en la labor del día, en lo cansado o cansada está, en qué se equivocó durante el día, en lo que hará después de que llegue a su casa (donde posiblemente no haya agua, se haya ido la luz, el bebé no se ha bañado, el fregadero está lleno, de extender la ropa, etc –en una mujer- o en ver que no hay cena, que la casa está hecha un desastre, que está sucia, etc –en el hombre-) pero en fin, se sienta en el asiento del copiloto y comienza a detallar a su alrededor:… Ve a una jovencita uniformada caminando con sus amigas contándole con una sonrisa pícara algo que un chico le dijo en la hora de receso del liceo… o ve a una señora que carga a un niño llorando que hace un berrinche por alguna extraña razón y la mamá lo jala de un brazo y le dice “¡¡Ya!! ¡Te dije que no hay!” y el niño grita “¡¡Anda mamiiiiii!!”… o ve a una señora entrada en años parada en la esquina de una calle muy transitada a la espera de la luz roja de los carros para poder cruzar (y que el piloto acelera cuando está en amarillo para poder “lograr” comerse la luz y llegar 1 minuto antes a su destino)… o ve a una jovencita caminando sola por una calle pasando por el frente de una casa donde un perro le ladra y la sigue hasta el otro extremo de la casa mientras ella sigue caminando inmutada… o ve a unos tipos, sentados tomándose una cerveza en el frente de sus casas todos desaliñados recién llegando del trabajo… o ve a una señora cabizbaja salir de una clínica abrazada de otra mujer (amiga, madre, hermana, prima, desconocida) con lágrimas en sus ojos y mirada de tristeza… y ve… ve tantas cosas, tantas personas, tantos rostros, tantas historias detrás de lo que nuestros ojos ven. Cada historia diferente que rodea a cada una de esas personas. Cada una con un corazón, con un sentimiento, con un pasado, presente y futuro, y que está conectado a ti, el copiloto, tan solo porque en una fracción de segundos los vistes y acobijaste en tu corazón un sentimiento profundo de comprensión a la humanidad que te rodea.
Todos son seres humanos, protagonistas de una historia, y tu, tu también tienes a un copiloto que te ha detallado, y un piloto que guía tu vida y está pendiente de esquivar los huecos por ti, de correr cuando hay que correr, de regañar a quien se te atraviesa con su prepotencia, pero tu… simplemente te bajas del carro de la vida que Dios te ha dado y ni una oración de agradecimiento das por llegar a tu casa, con tu familia esperándote (con mil problemas más, si, cierto) pero esperándote al fin para contarte lo que les ocurrió durante el día porque aprecian tu presencia y opinión.
Eso es vivir. Eso es amar la vida. Eso es la presencia de Dios.
ESCRITO EL: 11/05/2010.
Por: Liza Moussa.
Hace 5 años
4 comentarios:
COMENTARIO DE Randy Carrion: "Muy Profundo y precioso"
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COMENTARIO DE Simón Sabach: "MUY BONITO...GRACIAS LIZA..."
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COMENTARIO DE Cristina Faks: "muy realista tu nota liz, me parece que mejor no pudo ser redactado, cada palabra y cada letra es una realidad de la vida cotidiana, de que asi vivimos los seres humanos, con un fin de cosas en la cabeza que ni siquiera nos damos cuentas de los detalles de la vida de las cosas mas pequeña q sucede a nuestro alrededor y que como un puesto de asiento hacen la diferencia... gracias por compartirla... y sigue asi con notas como estas que de verdad dan mucho que pensar y reflexionar... :D"
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COMENTARIO DE Jorge Zeghen: "Linda linda la nota. Realmente estar en el copiloto es una filosofía =) Gracias por la etiqueta, Liza. (Deberías estudiar Letras :))"
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