¿CÓMO CONSEGUIR LA PAZ
INTERIOR?
Me preguntaron: ¿Cómo se
consigue la paz interior?
¡¡Ufff!! ¡Que tema!
Estar en paz con uno mismo y
con el mundo no es fácil… En el torbellino de la vida, ¿cómo conseguir la paz?
Con el ajetreo, el estrés, los problemas personales, laborales, sociales,
políticos, económicos… ¡¿Cómo puedo tener paz interior?!
Muchos te sugerirán el yoga y
otros ejercicios de relajación muscular y espiritual alegando que eso es lo que
necesitas: un tiempo a solas contigo mismo haciendo ejercicios de respiración
para encontrar tu paz interior…
Yo particularmente no estoy de
acuerdo con eso, porque el no estar en paz contigo mismo consiste en estar con el corazón afligido,
afanado, ansioso, estresado por alguna situación por la que estás pasando en un
momento determinado, y yo tengo la firme convicción de que el único que puede
dar paz a un corazón afligido es exclusivamente: DIOS.
Dios es el único que puede
poner el bálsamo sanador a la herida que tienes, al problema que tiene afligido
tu frágil corazón…
Es fácil decir que todo lo
bueno proviene de Dios, lo difícil es sentirlo y conseguir esa paz a través de
Él. Entonces, ¿cómo hacerlo?
La Biblia nos lo dice todo:
“No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en
toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la
súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que supera todo
conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús.” Filipenses 4:6-7. (versión
católica).
ó
"No se afanen por nada; más bien oren por
todo. Presenten ante Dios sus necesidades y después no dejen de darle gracias
por sus respuestas. Haciendo esto sabrán
ustedes lo que es la paz de Dios, la cual es tan extraordinariamente
maravillosa que la mente humana no podrá jamás entenderla. Su paz mantendrá sus
pensamientos y su corazón en la quietud y el reposo de la fe en Jesucristo.". Filipenses 4:6-7 (versión
Reina Valera –evangélica-).
Ambas versiones son bellísimas…
y sólo leerlas me da cierta paz… Sólo cierta paz porque hay que aplicar en la
práctica las palabras escritas.
Pero ¿cómo?
Ahí nos lo dicen: orando. Lo
que pasa con nosotros es que no oramos, o a veces oramos pero hacemos lo que
nosotros queremos hacer para que supuestamente pase lo que queremos que pase…
Una amiga muy querida una vez
me dijo: “Liza, tienes que dejar de querer
controlarlo todo, déjalo todo en manos de Dios”… Pero, es que, ¿cómo hago?
Me gusta saber las cosas para poder prevenirlas y ver qué acciones tomar… Y,
¿saben lo que me dijo esa misma amiga? “Si
quieres controlarlo todo y no puedes dejar todo en manos de Dios, entonces
estás falta de fe”…
¡Dioooos! Me lo dijo así, de
una, a quemarropa… sentí que me echaban un balde de agua fría en la cara… sentí
como si me dieron una cachetada… Pero me alegro, porque me hizo reflexionar en
mi error…
Es interesante verlo desde su
punto de vista: No tengo paz interior porque no tengo fe.
No me parece descabellado… es
más, es muy lógico…
Cuando uno está pasando por
malos momentos, y ora, siempre oramos: “Por favor, Dios, que pase esto” “que
pase lo otro” “que tal persona me diga esto” “que tal cosa no sea tan grave”
“que no tenga nada” “que no esté enferma” “que no tenga que hacer tal cosa”… y
así… Es decir, dirigimos la acción de Dios en nuestra oración, eso significa
que nuestra oración no es tan libre, sino que está sometida a la condición de
lo que queremos que pase, atando de manos la acción poderosa e infinita de Dios
en nuestras vidas.
Pero… ¿qué es la fe? Es algo
así como lo que le pasó a este alpinista:
“Cuentan que un alpinista, desesperado por
conquistar el Aconcagua (de casi 7000 metros de altura, y cubierto en su
mayoría de nieve) inició su travesía después de muchos años de preparación.
Pero quería la gloria para él solo, así que emprendió la aventura sin
compañeros.
Empezó a subir, y se le fue haciendo tarde, y más
tarde. Lejos de prepararse para acampar, siguió subiendo, decidido a llegar a
la cima.
No tardó mucho en oscurecer. La noche cayó con
gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.
Todo era negro, nada de visibilidad, no había luna y las estrellas eran
cubiertas por las nubes.
Fue entonces que, subiendo por un acantilado (a
sólo cien metros de la cima), se resbaló y se desplomó hacia el vacío por los
aires. Caía a una velocidad vertiginosa, lo único que podía ver eran veloces
manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad, y todo lo que podía
sentir era la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y, en esos angustiantes
momentos, le pasaron por su mente todos los momentos de su vida, los gratos y
los no tan gratos. Él pensaba que iba a morir... sin embargo, de repente,
sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos.
Sí... como todo andinista experimentado, había
clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba
de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido en el aire, no pudo más
que gritar:
- ¡Ayúdame, Dios mío...!
Y de golpe, lo inesperado. Una voz grave y
profunda surgió de los cielos para responderle:
- ¿Qué quieres que haga, hijo mío?
- ¡Sálvame, Dios mío!
- ¿Realmente crees que te pueda salvar?
- Por supuesto, Señor...
- Entonces, corta la cuerda que te sostiene.
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre
se aferró más a la cuerda y se quedó pensando…
Cuentan que el equipo de rescate que fue a
buscarlo se sorprendió al encontrarlo colgado, congelado, muerto, agarradas con
fuerza las manos a una cuerda... a tan sólo dos metros del suelo…” (Autor
desconocido)
Mmmm… Es difícil tener fe… La
Biblia nos dice que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de
lo que no se ve… Es cerrar los ojos y confiar en que lo que Dios nos ha dicho,
así será y así se hará.
Por eso vivimos afligidos,
porque dudamos de sus promesas, dudamos que Él está con nosotros en todo
momento, o dudamos a veces, hasta de que nos ama y no nos abandonará nunca.
“El
Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos.” Salmo
34:19
“No
os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios
vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción
de gracias. Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7.
Dios actuará en cualquier
momento, tú debes estar en paz contigo mismo, Dios te dará esa paz…
Entrégaselo, no te afanes, no te acongojes… Ya tu problema tiene solución. Dios
está trabajando en ello.
Jesucristo lo dijo: “
“” Juan 14:27
“Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en
mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo.”. Juan 16:33.
La pastora evangélica Joyce
Meyer escribió en su libro “No Se Afane Por Nada” lo siguiente:
“¿Por qué debemos orar y no
preocuparnos? Porque se supone que la
oración es la forma en que echamos nuestra ansiedad sobre el Señor.
Cuando el diablo trata de
causarnos ansiedad, se supone que nosotros debemos ir al Señor y entregarle esa
preocupación. Eso es la oración, nuestro reconocimiento ante el Señor de que no
podemos llevar nuestra carga de ansiedad, así que la echamos sobre Él. Si oramos por algo y después seguimos
preocupados al respecto, estamos mezclando un positivo y un negativo. Los dos
se cancelan mutuamente y acabamos en el lugar donde comenzamos: en cero.
La oración es una fuerza
positiva, la preocupación es una fuerza negativa. (…) la razón por la cual
muchas personas operan a nivel cero de poder espiritual es porque anulan el
poder positivo de su oración cediendo ante el poder negativo de la
preocupación.
(…)
Mientras estamos preocupados,
no estamos confiando en Dios. Es sólo
confiando, teniendo fe y certeza en el Señor, que somos capaces de entrar en su
reposo y disfrutar de la paz que sobrepasa todo entendimiento.
(…)
Si
realmente le creemos a Dios y confiamos en el Señor, hemos entrado en su
reposo. Hemos orado y echado nuestra ansiedad sobre Él y ahora permanecemos en
la perfecta paz de su santa presencia.”
No es fácil tener esa fe, no es
fácil tener esa paz… La vida es un bullicio interminable… pero Dios tiene un
plan para todo… Leamos este cuento:
“Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho.
Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me
respondía que estaba bordando.
Observaba el trabajo de mi mamá desde una posición
más baja que donde estaba sentada ella, así que siempre me quejaba diciéndole
que desde mi punto de vista lo que estaba haciendo me parecía muy confuso.
Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente
me decía: "Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi
bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde mi posición".
Me preguntaba por qué usaba algunos hilos de
colores oscuros y por qué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba.
Unos minutos más tarde escuchaba la voz de mi mamá diciéndome: "Hijo, ven
y siéntate en mi regazo."
Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y
emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía
creerlo; desde abajo se veía tan confuso. Entonces mi mamá me decía:
"Hijo mío, desde abajo se veía confuso y
desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Había un
diseño, sólo lo estaba siguiendo. Ahora míralo desde mi posición y sabrás lo
que estaba haciendo."
Muchas veces a lo largo de los años he mirado al
Cielo y he dicho:
"Padre, ¿qué estás haciendo?
El responde: "Estoy bordando tu vida".
Entonces yo le replico:
"Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los
hilos parecen tan oscuros, ¿porqué no son más brillantes?".
Y Dios parece decirme:
"Mi niño, ocúpate de tu trabajo... y yo
haciendo el mío, un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás
el plan desde mi posición. Entonces entenderás..."
Autor: anónimo”
Entonces… entenderemos…
Mientras tanto, hay que tener
fe, dejar todo en manos de Dios y confiar en que Dios tiene el control de todo…
Espero que consigas la paz
interior que tanto necesitas… Trabaja en tu fe…
Como dice la canción: “Busca
primero el Reino de Dios, y su justicia… Él te dará las demás cosas… Aleluya, Aleluya…”
Dios los bendiga…
Por: Liza Moussa.
Fecha: 23-24/07/2013.
7 comentarios:
Para encontrar la paz interior las personas hacen muchas cosas, tal y como lo indicas en tu post, algunos bordan, otros se van a escalar y otros a misa a rezar. Aunque no sé si pueda encontrarse la paz interior todo el tiempo tal vez los monjes ermitaños como San Chárbel o los monjes budistas y tibetanos han podido encontrar su paz interior.
Muy bella Reflexion y Gracias!!! Y es verdad, lo mejor es dejar todo en Manos de Dios el tiene el control y la Victoria para cada quien 1besote tu tia Lirio TQM DTB
Me removio muchos sentimientos esta reflexiòn.... la paz interior es lo que mas ansio.....para sentirme libre. Vivimos un mundo de mucho desgaste viviendo para agradar a los demas.
lo lei , me ayudo a entenderlo, gracias att lourdes
Súper interesante el post de paz interior... Hace remover cosas que queremos olvidar... Pero a su vez salen las formas de como lo resolvimos... Podemos aprender de nuestras experiencias pasadas... lo mas importante en cada católico es la fe y el maronita ni se diga nuestra fe mueve montañas y el mundo!! Ha sido trascendental a través de los años y la historia del mundo... Desde la época de san Maron hasta nuestros días... De verdad muchas felicidades y un concejo para todos los lectores de esta página... El que mucho abarca poco aprieta así que n se carguen de problemas o responsabilidades que ya se les escapa de las manos... Si no será como agarrar arena ... Se nos escurre de entré los dedos y caemos,... Seamos tan fuertes como los robustos cedros del Líbano y si caemos 100 veces nos levantaremos 101 sin importar que haya pasado... Felicitaciones Liza por este post tan excelente...
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Gracias, claro que ya sabia todo esto pero nunca está demás recordarlo, Dios nuestro Señor me ayudó mucho a salir de la desesperación en la que me encontraba y ahora vivo eternamente agradecida a Él y a la Santísima Virgen María mi madre
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