LA OTRA NAVIDAD.
Cuentan
que en las navidades, en el cielo los ángeles se reúnen en torno a Dios y su
Hijo a celebrar Su Cumpleaños.
Como
en toda cena navideña, generalmente la persona de importancia se sienta en la
cabeza de la mesa, y progresivamente el resto de los invitados de mayor a menor
jerarquía hasta el final de lo largo de la mesa… Por lo tanto, los arcángeles
estaban sentados más cerca de Dios, y los querubines al final, a lo lejos.
En
el Cielo hay muchísimos ángeles, tantos que son casi incontables…
En
todas las Nochebuenas, y como en toda reunión con tantas personas, durante la
fiesta muchos ángeles se reunieron en grupos, unos grandes y otros pequeños.
Un
24 de Diciembre, un angelito que recién entró a formar parte del Escuadrón del
Cielo, notó que todos los ángeles se encontraban en esa hermosa cena navideña
llena de mucho amor, alegría, sorpresas y una hermosa compañía… Hasta los
ángeles de la guarda estaban ahí, pero al tanto de lo que ocurría a sus
protegidos, quienes también, en la Tierra, se encontraban disfrutando la
Navidad con sus seres queridos… pero éste angelito se preguntó ¿y las personas
que no estaban en sus casas con su familia? ¿Quién estaba con el médico y la
enfermera de guardia? ¿Quién estaba con la persona que se encontraba triste
porque esas navidades no estaba ya ese ser especial con él o ella? ¿Quién
estaba con el policía de guardia, o con el vigilante? ¿Quién estaba con aquella
persona que trabaja la noche del 24 de Diciembre? ¿Quién estaba con el niño
enfermo en un hospital? ¿Quién estaba con la mujer que moría sola en algún
rincón del planeta por alguna enfermedad terminal? ¿Quién estaba con los
“olvidados” de la sociedad?
Este
angelito veía toda la alegría y no podía ni siquiera sonreír, porque su corazón
estaba triste al sentir la tristeza de todos aquéllos que pasaban estas fiestas
solos y tristes… y por eso, justo cuando el reloj marcó las 12:00 a.m. y todos
gritaron “¡Salud! ¡Feliz Navidad! ¡Buon
Natale! Merry Christmas! ¡Kil aid u intu bher!”y comenzaban a abrazarse y
llorar de emoción, éste hermoso angelito se escapó de la fiesta, y se dirigía a
la puerta de salida del Cielo cuando se topó con María, la madre de Jesús.
Ella
lo ve y le pregunta extrañada “¿A dónde
vas a esta hora?”… El angelito baja su carita y no responde… Ella se agacha
hasta su altura, y con una voz tierna le vuelve a preguntar: “¿A dónde vas?”…
El
angelito, sintiendo en su corazón que María no lo iba a regañar, le dijo: “No soporto sentir el dolor en mi corazón.
Nosotros estamos aquí celebrando y en la tierra hay muchas personas también
celebrando, y eso está bien, pero parece que todos se olvidaron de los que no
celebran. De aquellos que no creen en Dios porque son duros de corazón, o de
aquellos que tuvieron que trabajar dejando madre, hermanos e hijos solos sin celebrar
la fecha juntos, y de todas esas personas que pasarán la Navidad solos y sin
nadie con ellos, y quería acompañarlos, así sea un ratito para que no se
sientan solos… porque… mi corazón no puede celebrar así… sabiendo todo eso…”
y, justo en este momento, el angelito derramó una lágrima que enjugó
rápidamente antes de que María la pudiese ver.
María
le toma la barbilla con dos de sus dedos, levanta su rostro, lo ve a los ojos,
le sonríe y le dice: “Ven, quiero
mostrarte algo… Vamos…” y sin hablar, ambos salieron del Cielo, bajaron a
la tierra y comenzaron a recorrer varios rincones del Planeta Tierra…
Primero
se detuvieron en un hospital, en donde vieron a doctores y enfermeras de
guardia celebrando entre ellos y compartiendo con los pacientes la Nochebuena,
deseándose entre ellos una Feliz Navidad…
Luego
se fueron y llegaron hasta un conjunto residencial… Allí, una familia pequeña
que se encontraba sola cenando en casa, salió con un plato caliente de comida
navideña, y se la entregaron al vigilante del Conjunto Residencial, y le
desearon una feliz navidad…
En
otro rincón del planeta, llegaron hasta el cuarto de una joven muchacha, que se
encontraba tirada en la cama boca arriba, viendo el techo y llorando
desconsoladamente… en la esquina de su habitación había una fotografía de una
señora con un lazo negro de luto en la esquina del marco… En este momento el
angelito comienza a llorar porque sentía el dolor de la joven… María le pone la
mano en su hombro y le dice: “No llores… Mira…”
La
joven muchacha se encontraba sola en su casa llorando amargamente cuando a las
12:15 a.m recibe una llamada en su celular… Por un momento dejó de llorar y
parecía que no contestaría el teléfono… Pero luego, se sienta, toma el teléfono
que estaba en su mesita de noche, y cuando ve quien llamaba sonríe levemente,
se seca las lágrimas rápidamente y contesta la llamada con lo que pareció una
voz normal… segundos después, ella se reía… En ese momento, María y el angelito
comienzan a subir al Cielo de nuevo… entran… y se sientan en un lugar bajo las
estrellas teniendo a sus pies a la Tierra…
Estuvieron
así largo rato en silencio… hasta que el angelito le dice a María:
-
“Hay tanto dolor en la Tierra”… y
María le responde: “Y hay tanto amor
también…”.
El
angelito le dice: “¡Pero hay tanta ruina
y miseria!”, “Pero también
misericordia y hermandad” le responde María… y continúa diciéndole al
angelito: “Tú fuiste creado por Dios
porque tiene un plan para ti en este mundo, así como Dios tiene un plan para
todos los seres de la Tierra. Dios no se ha olvidado de ninguno sus hijos… y
mucho menos en estas fechas donde Él sabe que a muchos les invadirá la
nostalgia, la tristeza, la amargura y el dolor. Precisamente Él ha esparcido el
Espíritu Santo por la Tierra para que todas esas personas pudiesen sentir en
sus corazones Su Amor para con ellos. Estando aquí, celebrando el cumpleaños de
Jesús, no se olvida de nadie. Todos tienen un lugar especial en Su Corazón que
es mil veces más grande que el Universo. Cuando hay dolor, Dios pone el amor. Cuando
hay miseria, Dios pone la dicha. No se olvida de ninguno de sus Hijos, ni del
más grande ni del más chiquito… y ni siquiera de sus angelitos… quienes como tú,
también sufren sus hijos de la tierra, y a quienes consuela… así como a ti...”
En
este momento el angelito le pregunta: “¿A
mi? ¡Pero a mí el jamás me ha consolado!” –dijo molesto- “¡Nunca ha estado conmigo! Me creó y me dejó
sentarme al final de la mesa, sí, estamos de acuerdo… pero me siento muy sólo y
triste, y a Él eso no le importa. Por eso quería ir a la Tierra, para ayudar a
la gente, para que las personas que se sienten solas y desdichadas como yo
porque Él no nos quiere, sepan que hay amor todavía… Pero no me digas que Él me
consoló… porque no lo hizo. Yo te quiero, María, siempre has sido amable
conmigo, pero no lo defiendas…” –y rompió en llanto el angelito…
María,
lo abraza fuertemente y le dice: “No
estás sólo… Él te quiere”.
El
angelito le dice: “¡No! No me quiere…
nunca está conmigo…”
María
se separa del abrazo, lo ve con ternura a los ojos y le dice: “¿Y quién crees
que me mandó a la puerta del Cielo en pleno brindis de Nochebuena sino Él?”
El
angelito abrió desmesuradamente sus ojos, y abrió su boca por la sorpresa…
Entonces María continuó: “Él sabe de tu
dolor, y Él me mandó para consolarte. Dios actúa de misteriosas formas, pero
nunca se olvida de los seres que Él ama… Feliz Navidad…” –le dijo
suavemente, mientras le daba un beso en la mejilla…
…
Brindemos
por el amor y la hermandad en Navidad… y seamos instrumento de amor, consuelo,
misericordia y paz de Dios. Seamos hermanos de nuestros hermanos, amigos de
nuestros amigos y compañeros del enemigo, hijos de nuestros padres, y padres de
nuestros hijos. Querámonos unos a otros. No dejemos de darnos un abrazo de paz.
Les
deseo a todos ustedes una hermosa y ¡Feliz Navidad!
Por:
Liza Moussa.
25/12/2011.
3 comentarios:
Muy bello, Liza, y creeme que he sentido en carne propia lo que relatas cuando me ha tocado pasar mis guardias taladreras, lejos de la familia.
Ciertamente es así: “Hay tanto dolor en la Tierra”… y María le responde: “Y hay tanto amor también…”
Reflexionemos un rato: Hay tanto dolor en la tierra, hay tanto dolor en la tierra....En las navidades se suele pedir cosas materiales, tal cual como Gollun (famoso por la frase my precious) en el Señor de Los Anillos tenía una obsesión por poseer el anillo, algunos su deseo de navidad se asemeja es el último celular, el último televisor, la última consola de videojuegos..., mientras por el otro lado hay personas que piden un lugar digno donde vivir, algunos están en un hospital pidiendo salud, otros un trabajo estable, otros simplemente pidiendo tantas cosas básicas como agua potable, comida o que tan sólo un niño pidiendo que su padre o madre compartiera un rato felizmente con el.
En la calle se ven tantas cosas, se ven tantas caras, se ven tantas necesidades, se ven tantas historias....
Será que lo que dijo María "y hay tanto amor también", ¿En verdad hay tanto amor como para cubrir tanto dolor? Nadie sabe lo que se siente el dolor hasta que le duele, será que ese mismo dolor es el que luego se transforma en el mismo amor?....
(pasaron 53 minutos para escribir esta parte) Tal cual como lo dijo Facundo Cabral en su obra "No estas Deprimido, estas Distraído" (2005, Audiolibro)(COMPLETO) que pueden escuchar aquí (dura 53 minutos, los 53 minutos mejor aprovechados de mi vida) se los recomiendo: http://www.youtube.com/watch?v=XaIIHuOcDWI dijo "Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruyan hay millones de caricias, que alimentan la vida."
¡Feliz Navidad!
guau que mensaje tan hermoso es muy cierto como aveces nos olvidamos de la presencia d dios pero q real el siempre esta con nosotros dios t bendiga por esa reflexion
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