PRESOS.
Todos los días salimos de nuestras casas
encomendándonos a Dios
sin saber si estaremos de regreso
porque el hampa siempre está al acecho.
Y es el ciudadano común el que está preso.
El comerciante tiene otra profesión: la de detective privado
para poder proteger
los pocos bienes
que el Gobierno no le ha quitado.
¿Y el hampa? Sigue al Acecho.
¿Y la inseguridad? Sigue creciendo.
¿Y la paz mental? Va desapareciendo.
¿Y tu y yo? Seguimos aquí,
como detectives, juzgadores
y aún siendo inocentes estamos presos...
Presos de cuerpo, alma y corazón
porque no se puede disfrutar ya sanamente.
No se puede salir de casa.
No se puede visitar a los amigos.
No se puede comprar nada tranquilo.
No se puede trabajar en paz.
No se puede hacer nada,
porque la cárcel está afuera,
y libres están los verdaderos presos.
Somos presos de la vida,
presos de la maldad,
presos mentalmente,
pero, ¡LIBRES somos de LUCHAR!
LIBRES somos para REZAR
y pedirle a ese Dios que siempre nos escucha
que nos proteja día a día.
Y esa fe tiene más peso que cualquier libertad,
porque es ése el Dios que nos hizo,
que nos protege y que será
el que la justicia divina
a todos los seres de este mundo impartirá.
“¡Misericordia!” pedirán los ladrones,
asesinos, violadores…
“¡Justicia!” gritarán los padres, hijos,
sobrinos y amigos de los robados,
asesinados y violados.
Pero sólo DIOS decidirá lo que pasará.
¿Y tu y yo?
Por ahora, seguimos aquí,
como detectives, juzgadores
y aún siendo inocentes estamos presos...
pero YO, soy libre de corazón.
Y no temeré porque tengo a un Dios.
Rezaré porque tengo a un Dios.
Y tendré fe, porque la tengo en un Dios
que todo lo ve, todo lo puede
y sobretodo es justo y misericordioso.
RECUERDEN: “Bienaventurados los que tienen sed de justicia porque serán saciados” Mateo 5,6.
YO creo en esa promesa.
¿Y tu?
Por: Liza Moussa.
FECHA: 11/08/2009.
3 comentarios:
Cada día las casas tienen las paredes más altas, puertas con mejores cerraduras, cámaras de seguridad, rejas en las ventanas, cercas de alta tensión, vigilancia privada, vivimos en la cárcel construida por nosotros mismos.
Tu dices ser cristiana y vives con miedo, hipocrita
Hola Anónimo.
Te respondo por cuanto me extraña tu acusación tan tajante.
Tener miedo no me hace menos cristiana. Ser cristiana no me hace perfecta. Y ciertamente ser cristiana y sentir en algún momento de la vida miedo, no me hace hipócrita, sino humana.
Gracias por tu comentario.
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