jueves, 26 de septiembre de 2013

El Estudiante

El Estudiante.

Al despertar el estudiante
con ojos somnolientos
y boca bostezante,
rezonga el tener que madrugar
para así mismo un futuro forjar.


Sale de casa con ceño fruncido
y el cielo amenaza con llorar.
El corazón amargado del estudiante
gruñe por tenerse que mojar.

Al llegar al sitio de enseñanza
el cielo el Sol le regaló,
más el estudiante se queja de nuevo
pues, porque tenía calor.

Entra al aula de clases
con mirada pedante,
y pasa con esa actitud la mañana
hasta que al mediodía le da hambre.

Llega a casa con el estómago crujiendo
y gran decepción con respecto al alimento.
Come obligado pues no es de su agrado
y al instante se acuesta obstinado.

Pasa el estudiante el día malhumorado
y en la noche se duerme cansado
para que a la mañana siguiente
se despierte igualmente amargado…
sin percatarse del sol regalado,
de las amistades probables,
del futuro anhelante
y
lo que es más grave
sin percatarse de que vive,
come, se viste y puede educarse
habiendo miles
que de eso no son capaces
por razones
que no están a su alcance.

Y si la amargura del estudiante
no viene ni es por lo material,
pues, que estudie y luche
para esta vida cambiar
y forjar un nuevo mundo
con más caridad.

Ese es el fin, mi amigo estudiante,
futuro colega y litigante,
no esperes más, sigue adelante,
pero siempre con sonrisa elegante,
ya que la vida golpea, es cierto,

pero la actitud vale cien por ciento.

Por: Liza Moussa.
26 de octubre de 2003.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy Bueno.. jeejjejje... y chistoso, pero es cierto... asi es el estudiante..!!

Anónimo dijo...

Siempre me ha gustado ese poema tuyo! Muy lindo y real!

Charlie dijo...

Aún recuerdo esa época de estudiante universitario, que gran experiencia sin igual. Siempre hay los estudiantes fajados como los estudiantes flojos. Sea cual sea el caso lo que acabas de describir todo el que ha sido estudiante le ha sucedido.

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