martes, 4 de septiembre de 2012

Pobres Niños Ricos.

POBRES NIÑOS RICOS.

 


Pobre de aquellos que de sus riquezas no tienen más que el miedo a perderlas.

Pobre de aquellos que de sus honores y su prestigio, no tienen más que el miedo a que otro también las tenga.


Pobre de aquellos que tienen el alma pobre, porque necesitan de la adulación y de la alabanza.


Pobre de aquellos que necesitan ser más persona por fuera, siendo por ello mucho menos gente por dentro.


Pobre de aquellos que se creen dueños del mundo, porque pronto se darán cuenta de que pueden ser destronados.

Pobre de aquellos que suben los escalones del éxito, menospreciando a quienes lo sostienen.


Pobre de aquellos que tienen amores de una noche lujuriosa, siendo por dentro vacíos y no sembrando el amor en sus propias familias y, sobretodo, en sí mismos.

Pobre de aquéllos que se aferran a un pasado, no sabiendo que el pasado ya no forma parte de ellos y que hay personas que se han convertido en el presente y en el futuro.

Pobre de aquellos ladrones de méritos, porque Dios le dará el mérito al que lo merece en verdad.


Pobre de aquellos que viven en castillos de arena, burbujas de cristal y embustes mentales…

Pobre de ellas… porque Dios, más temprano que tarde, las hará duramente aterrizar… Y la escena no será nada agradable de ver, pero la justicia es así: llega porque sí, llega porque tiene que llegar. Y punto.

Tal y como dijo un conocido activista estadounidense llamado Malcom X: “Apoyo la verdad, no importa quién la diga. Apoyo la justicia, no importa para quien o en contra de quien sea.”


Dios lo ha dicho en la Biblia, no yo:

No seas hipócrita delante de los hombres, pon guardia a tus labios. No te exaltes a ti mismo, para no caer y acarrearte deshonra, porque el Señor revelaría tus secretos y en medio de la asamblea te echaría por tierra, por no haberte llegado al temor del Señor, porque tu corazón está lleno de fraude.” Eclesiástico 1, 29-30.



Bienes y males, vida y muerte, pobreza y riqueza vienen del Señor. El don del Señor con los piadosos permanece, y su complacencia les lleva por buen camino para siempre. Hay quien se hace rico a fuerza de engaño y avaricia, y esta es la parte de su recompensa: cuando dice: «Ya he logrado reposo, ahora voy a comer de mis bienes», no sabe qué tiempo va a venir, morirá y se lo dejará a otros. Mantente en tu quehacer y conságrate a él, en tu tarea envejece. No te admires de las obras del pecador, confía en el Señor y en tu esfuerzo persevera. Que es cosa fácil a los ojos del Señor enriquecer de golpe al indigente. La bendición del Señor es la recompensa del piadoso, y en un instante hace florecer su bendición. No digas: «¿De qué he menester? o ¿qué bienes me vendrán todavía?» No digas: «Tengo bastante con ellos, ¿qué mal puede alcanzarme ahora?» Día de bienes, olvido de males, día de males, olvido de bienes. Que es fácil al Señor, el día de la muerte, pagar a cada uno según su proceder. El mal de una hora el placer hace olvidar, al final del hombre se descubren sus obras. Antes del fin no llames feliz a nadie, que sólo a su término es conocido el hombre.” Eclesiástico 11, 14-28.

La oración del pobre va de su boca a los oídos de Dios, y el juicio divino no se deja esperar.” Eclesiástico 21, 5.

De lejos se conoce al charlatán, y el hombre reflexivo le adivina los deslices. Quien edifica su casa con dinero ajeno es como el que amontona piedras para su tumba.” Eclesiástico 21, 7-8.

Por eso, repito, pobre de aquéllos, que, sencillamente, no viven bajo el temor a Dios. Porque Dios le ha prometido mucho para quienes lo aman.


Si te has sentido identificado como uno de esos pobres seres a los que hago mención es porque me has leído, y si me has leído es porque estás vivo, y si estás vivo, aún tienes chance de cambiar tu proceder y reparar el daño.

Todos ustedes son mis hermanos en Cristo, y si esta nota suena dura a muchos, es porque forzosamente las personas que dicen la verdad tienen que ser crudos, amargos pero reales, porque la verdad es la verdad… y si duele escuchar la verdad, que duela… para que empiece el cambio y empecemos todos a sanar.

Dios te bendiga hondamente.

Por: Liza Moussa.
FECHA: -Omitida-



2 comentarios:

AniuskA dijo...

Excelente liza

Charlie dijo...

Excelente como siempre.

Interesante frase de Steve Jobs: «Ser el más rico del cementerio no es lo que más me importa... Acostarme por la noche y pensar que he hecho algo genial. Eso es lo que más me importa»

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