Crónicas de un Blackberry-Calvario.

CRÓNICAS DE UN BLACKBERRY-CALVARIO

Les cuento que esta semana no hallaba de qué escribirles. Le preguntaba a todo el mundo: “¿Qué escribo este sábado?” y agregaba con cara de desconcierto “es que estoy seca de ideas”…

Entonces me sentaba enfrente de la computadora y me decía a mí misma “tengo que inspirarme… vamos Liza, a ver, escribe sobre algo interesante”… Pero nada…

Entonces cuando comenzaba a escribir algo, sonó mi celular, lo reviso y era un mensaje de cadenita, un “pin BB” que me enviaron…

Lo abrí, vi por encimita, y era la octava vez que me llegaba el mismo chistesito de Jaimito diciéndole a su mamá algo que ya ni recuerdo. Entonces, sigo con mi labor de escribir, cuando suena otro “pin”, reviso, y otra cadena. Por lo tanto, luego de tantas cadenas opté por no revisar los pines sino cada hora o cada dos horas… ¡Crazo error!... Apenas decido eso, me escriben personalmente todos los seres de este mundo que nunca me escribían… Una amiga saludándome… un pin de un colega solicitándome alguna información y claro, yo jurando que eran las famosas y molestosas cadenas de Blackberry no lo veía, entonces, al leerlos, salgo corriendo a responderles con una disculpa de que “no vi tu pin” y a contestar.

Pero esto no es nada. Esto ocurrió yo sentada frente a la pc. Peor ocurre cuando uno anda en la calle.

Por ejemplo, hay días que me la paso en la mañana en los tribunales revisando causas activas, entre otras cosas. Entonces, suena un pin… luego otro… y yo con el celular en la cartera, cargando con un maletín pesadísimo, haciendo una cola y cargando con una agenda en la otra mano para hacer los respectivos apuntes… y suena otro pin… Yo pienso: “¿será una cadena o es que me están escribiendo pidiendo información de algún expediente?”… Opto por revisarlo rápidito. Saco el celular de la cartera, luego lo saco del estuche, lo abro (porque es el de tapita), lo desbloqueo (porque cada vez que dejo de usarlo se bloquea por seguridad, uno nunca sabe cuando te pueden atracar), entro a los pin (sin contar con la típica tardanza de mi pobre BB que no tiene el software actualizado), y cuando veo los pin… un mensaje en cadena que decía “por favor, dejen de mandarme cadenas”… Si yo fuese del tipo de personas que dice groserías, ¡les aseguro que en ese momento las hubiera dicho!… sólo les puedo decir que me sacó la piedra. Cierro la tapita, pongo el celular en su estuche y lo tiro en la cartera, y dije “¡No reviso más el celular hasta que llegue a mi casa, no hombre!” y así lo hice. Sonó, sonó… un pin… cuatro pin… siete pin… y yo nada. Estoy trabajando señoras y señores.

Llego a mi casa, y me pongo a revisar… tenía 12 mensajes pin, reviso uno por uno y veo uno del trabajo donde me pedía el favor de revisar un expediente X urgente. ¡Dios! Justo ESE expediente no lo vi. ¡Rayos y centellas! ¡Sólo a mi, al coyote, al pato Lucas, y a miles de Blackberrimaníacos!

No me malinterpreten, me gusta leer reflexiones en mi pin, uno que otro chiste (con tal que sean verdaderamente cómicos, porque hay unos que ni les cuento)… e incluso, yo hasta mando una cadena una o dos veces a la semana, y a veces ni eso. Y capaz y cuando yo mande una, otro ser humano dirá “¡Que estrés! ¡Otra cadena!”… pero la cosa es que la gente se pasa.

Lo peor de todo es la famosa cadena apocalíptica que decía que intervinieron algún banco. A los 10 segundos tenía 15 pin con el mismo mensaje. ¡Diooooos!... ¿Y lo peor? Es cuando hay un feriado. El Día de las Madres, Padres, Pascuas de Resurrección, Navidad, Año Nuevo… ese día me levanto, y tengo la firme convicción de no revisar el celular en todo el día. O al menos cada hora, porque estoy segura que a todo el mundo le dará por decirles a sus respectivas madres que la quieren mucho y son lo máximo, y la tienen al lado. “Mamá, te envié un pin, leélo”… La verdad es que esto solo pasa en Venezuela… y cualquier parecido con la realidad, les aseguro que NO es coincidencia.

Antes era por e-mail las cadenas. Y qué fácil era eso. Solo por el título uno ni los abría. Los eliminaba de una vez. O “Vaciar correo no deseado”… que sencillo. Y por mensaje de texto, casi nadie reenvía, si te llega un mensajito, lo reenvían a uno que otro amigo, porque, los mensajes se pagan… y cuando llegaba la cadenita uno decía “Que linda esta persona, se acordó de mi”, y hasta ese cariño que fluía dentro de ti te impulsaba a gastar un mensajito diciendo “Oye, vale, ¡muchas gracias!”… Pero, ¿ahora? Nada. Es que se pasan, tanto amor empalaga (si es que el constante reenvío de mensajes se puede considerar amor y no ocio…) ¡Y Claro! la gente ilusa cree que los pin no los pagas… pues claro que si, pagas una renta mensual para pines ilimitados, cierto, pero igual pagas. Pero yo no pago para que me molesten cada 5 segundos.

Pero ¿saben? Cuando no me llega una cadena en todo el día, es tanta la costumbre ya de que me fastidien tanto, que digo, “Que raro… hoy no me mandaron cadenas… ¿será que pasó algo?”

¡Ahhh… un Blackberry!. ¿Moda o necesidad?. Yo diría que ambos. Pero cada quien es libre de escoger el teléfono que desee, sólo que debe haber una norma de convivencia latente, así no sea escrita ni divulgada: no envíes tantas cadenas como para hacer sacar al otro la piedra… ¡Sencillo!.

Bueno, terminando justamente acaba de sonar mi BB… un mensaje pin… lo revisaré después porque tengo que terminar de escribirles…

Mmmm…

Bueno, la verdad es que creo que mejor me despido, no vaya a ser que justamente este pin sí sea urgente…

¡Que vivan los BB… sin cadenas!

Por: Liza Moussa.

FECHA: 13-08-2010.