UN
BENDITO AÑO 2013.
Este año... oh qué decir de este año 2013 que ya ha
terminado y se ha despedido sin más preámbulo que la aguja de un reloj pasada
las 12:00 a.m. y el acostumbrado grito de “¡Feliz aaaaaaño!”.
Es la hora… como todos los años, de hacer el
inventario del corazón, el inventario del alma, el inventario de metas, así
como hacemos el inventario de la situación económica de estos últimos 12 meses…
Hagámoslo sin miedo…
Muchos de nosotros tememos ese momento porque
sabemos que es aceptar la realidad de las metas incumplidas,d e los retos no
enfrentados, de las tristezas vividas y de todo lo que implica lo negativo de
este año… pero tenemos que enfrentar lo negativo porque viene junto con todo lo
positivo que hicimos este año. Así como el arcoíris; para que él aparezca
debemos soportar lastimosamente un torrente de lluvia que nos deprime, que nos
moja, que nos engripa, que nos entristece… pero, luego, viene el arcoíris.
Sí, este año conocí mucha gente nueva y extrañé
mucha gente que conocía desde hace muchos años... unas que recuerdo siempre y
otras que ya no forman parte de mi vida y ya no las recuerdo como antes las
recordaba, y así habrán otras personas que recuerdo y ellas ya no me dedican ni
un pensamiento.
Sí, este fue un año de reencuentros y separaciones... un año donde lo que el año pasado pasaba ya este año no pasó. Ha sido un año con muchas metas semiiniciadas y otras culminadas.
Es inevitable llegar a este día y que, con la poca energía
que queda luego del trabajo, te pongas a pensar en cada una de las acciones de
estos últimos 365 días... de este último año...
Si... muchos días actué mal. Dije cosas que no debí decir y menos a las personas a las que se las dije. Pasé muchas noches en vela pensando en el mañana... y otras más con mucha frustración por las cosas que políticamente ocurrían en mi querida Venezuela.
Si... me equivoqué... todos nos equivocamos... cometí muchos errores que quizás no todos han sido perdonados... pero los acepto y trato de corregirme... No me daré golpes de pecho porque soy humana y nunca alegue ser perfecta pero con humildad acepto mis errores y si no puedo pedir perdón a los afectados pues Dios es quien escucha este llamado y sé que Su Misericordia es infinita.
Si... he odiado... he odiado las injusticias y he
odiado al que ejecuta la injusticia... Sí, mi Dios.... he odiado cuando no
debía... cuando no podía... porque tú no lo apruebas...
Si... he llorado también... la pérdida física de familiares y el alejamiento emocional con amigos y amigas...
Si... he llorado también... la pérdida física de familiares y el alejamiento emocional con amigos y amigas...
Otro año y no fue fácil... otro año y aún tengo sueños que quiero hacer realidad y no he concretado... otro año...
Pero, no... No fue perdido. No se pierden 365 días: se invierten... se invierten en ti, en tu familia, en tu futuro y en tu vida...
Sí, me he reencontrado conmigo misma... he sentido la alegría de saber que puedes cumplir tus metas... he recuperado la presencia de mi hermano a mi lado... he sentido la unión en mi familia... y la he amado...
Si... este ha sido otro año... un Bendito año... un Bendecido año... porque aunque si sigo igual o no, o si no he cumplido mis metas o si hay cosas que ocurrieron que no estaban en mis planes, no significa que fue un mal año... simplemente significa que pudo haber sido peor, pero Dios me protegió de ello...
Este no fue un año perfecto... pero fue un gran año... Hace 365 días no me sentía como hoy me siento... no era como hoy soy... y si para ser la que soy hoy debía pasar lo que pasé ayer.... lo volvería a pasar porque sé que es por algún plan divino de Dios del que no puedo dudar... y en El tengo puesta mi confianza y mi fe.
Siempre les he
comentado que hay un poema de Amado Nervo que he encanta porque cala a los huesos
y que, aunque se aplica al ocaso de la vida en general, podemos aplicarla al
ocaso de un año que culminó… el poema reza así:
"Muy
cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca
me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos
injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui
el arquitecto de mi propio destino;
que si
extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque
en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté
rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a
mis lozanías va a seguir el invierno:
mas tú no me
dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin
duda largas las noches de mis penas;
mas no me
prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio
tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui
amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada
me debes! ¡Vida, estamos en paz!"
Sí, amigos y amigas, fue un buen año... un bendito año... un bendecido año...
Gracias por ello mi Dios.
Y gracias a ti que me lees por haber compartido conmigo un poquito de este bello año 2013...
2014: Contigo
Dios me da 365 días para ver mis sueños realizados… ¡Voy por ellos!
2013: nada
me debes.
2013:
estamos en paz.
Contrato
renovado automáticamente por un año más… ¡A vivir, que Dios ha prometido estar
con nosotros todos los días de nuestras vidas!
“No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido.” Isaías 41, 10.
¡¡Feliz, próspero y bendecido año nuevo 2014 para
ti y toda tu familia!!
Por: Liza Moussa.
22/12/2013-01/01/2014
0 comentarios:
Publicar un comentario
No olvides dejarme tu comentario aquí. Me inspiran a seguir escribiendo.